La telemedicina ha ido creciendo a un ritmo exponencial, en correlación directa con los avances tecnológicos. Cada vez son más profesionales, hospitales, clínicas y aseguradoras las que apuestan por incorporar este innovador sistema en sus infraestructuras.
No obstante, todavía existe un importante sector de la población general, como también un número considerable de personas que trabajan en el ámbito sanitario siguen resistiéndose a ella.
En este artículo desmentiremos los principales mitos que giran alrededor de la telemedicina.
Mito 1: La telemedicina es impersonal
Algunas personas afirman que las consultas que se llevan a cabo de forma telemática son más impersonales y distantes que las presenciales. Creen que el hecho de que médico y paciente no se encuentren en la misma habitación enfría y entorpece la comunicación que tiene lugar entre ambos.
No obstante, la realidad es bien distinta. Cuando los profesionales de la salud y sus pacientes se reúnen mediante una videoconsulta, ambos se esfuerzan mucho más en concentrarse en la conversación y se prestan más atención mutuamente. De hecho, las videoconsultas ayudan al paciente y médico a entablar una relacion más cordial, esperando el turno de palabra y sin interrupciones.
Además, la telemedicina mejora las interacciones de los pacientes que se sienten más incómodos al ver en persona a los profesionales de la salud. La existencia de una pantalla alienta al paciente a ser más honesto y comunicativo sobre sus problemas e inquietudes, lo cual facilita en gran medida cualquier posible diagnóstico.
Mito 2: La telemedicina es más cara
Esto podía ser cierto en el pasado, cuando muchas personas todavía no tenían acceso a ciertos dispositivos, pero hoy en día es muy raro que esto ocurrra.
Actualmente todos los smartphones, tabletas y portátiles disponen de todo el hardware necesario para llevar a cabo una videoconsulta: un micrófono, un altavoz, conexión a Internet y una cámara. Esto convierte a la telemedicina en un bien accesible para casi todo el mundo (e idealmente, en un futuro lo será para todos).
La telemedicina convierte a los hospitales y a las empresas proveedoras de servicios más eficientes, reduciendo costes y tiempos de desplazamiento y disminuyendo las ausencias.
Además, la telemedicina también actúa como una excelente herramienta preventiva y permite diagnosticar a tiempo un gran número de enfermedades, lo cual se traduce en una disminución de los costes en posteriores tratamientos.
Mito 3: No se pueden realizar exámenes médicos
Si bien numerosas patologías pueden diagnosticarse sin necesidad de exámenes físicos, es evidente que existen determinadas pruebas médicas que son imposibles de realizar desde casa. No obstante, la telemedicina cada vez más cuenta con dispositivos especializados que permiten el diagnóstico precoz de las enfermedades más habituales entre la población general.
Aún así, no debemos concebir la telemedicina como una “enemiga” de la medicina tradicional. Ambas disciplinas son complementarias y actúan de forma sinérgica.
La telemedicina difícilmente podrá sustituir las infraestructuras de un hospital bien equipado. En el caso de que sea necesaria la realización de una prueba física para obtener un diagnóstico más completo y preciso, esta podrá llevarse a cabo sin que ello sea incompatible con el uso de la telemedicina.
Mito 4: La telemedicina no es de buena calidad
Gracias al vídeo de alta definición y la excelente conexión a Internet de la que gozan la mayoría de los dispositivos electrónicos, las videoconsultas de hoy en día pueden replicar casi al completo una visita en persona, especialmente en aquellos casos en los que el contacto físico no es imprescindible.
Además, médicos y pacientes pueden asistir a las teleconsultas con mayor frecuencia que en las sesiones cara a cara, gracias a la reducción del tiempo y los costes del viaje, por lo que los pacientes reciben una atención más continua y la comunicación entre el paciente y el profesional de la salud se vuelve más completa y fluida.
Gracias a la telemedicina, la relación médico-paciente que se construye a partir de ello es mucho más firme y duradera.
Mito 5: Las videoconsultas no son seguras
En los últimos años, el concepto de privacidad ha ganado protagonismo en nuestras vidas y se ha convertido en un eje fundamental en todas las relaciones que establecemos con las entidades tanto públicas como privadas.
No obstante, una plataforma de telemedicina fiable debe resguardar totalmente la privacidad del paciente, así como todos sus datos personales -como también aquellos relacionados con su salud-, bajo un sistema de seguridad avalado a nivel internacional.
Las relaciones que se establecen a través de la telemedicina no implican el uso de tecnologías convencionales como Skype, FaceTime o WhatsApp, sino que están cifradas de extremo a extremo y se llevan a cabo a través de plataformas que se adhieren al 100% a la normativa HIPAA y al Reglamento General de Protección de Datos (como en el caso de Docline), del mismo modo en que lo hacen las visitas médicas presenciales. Por ello, es esencial la ciberseguridad en el sector de la salud.
Mito 6: Los médicos no son reales
Todavía está extendida la creencia de que las consultas a distancia son manejadas por bots o por médicos no capacitados. Hay personas que incluso piensan que la persona que les atiende ni siquiera es un médico. No obstante, nada más lejos de la realidad.
Las plataformas de telemedicina ofrecen la posibilidad de contactar con un médico según su especialidad y acceder a una información completa y detallada sobre la experiencia de este, así como de su formación en un determinado campo. Para que un profesional pueda utilizar la plataforma de telemedicina, debe mostar su numero de colegiado y este es revisado para autentitcar la identidad del profesional.
Aunque es cierto que existen sistemas automatizados de atención médica a distancia, estos terminan siendo siempre verificados y supervisados por un médico cualificado que será, al fin y al cabo, quien emitirá el diagnóstico en firme.
Ahora que ya conoces estos 6 falsos mitos sobre la telemedicina, te proponemos leer el artículo «5 ventajas de tener una consulta privada digital con Docline«.