competencias clave para salud digital
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Competencias clave para una salud digital

Conoce cuáles son las Competencias clave para una salud digital que todo profesional sanitario debe contemplar gracias a Docline.

Las cifras que se desprenden en el informe del Instituto de Investigación Capgemini hablan por sí solas: a pesar de que se prevé que la oferta de salud conectada aumente en un 40% a lo largo de los próximos 5 años, solo un 16% de las empresas han implementado —o se plantean— un programa de salud digital.

El crecimiento del big data y la pandemia provocada por la covid-19 han hecho que la telesalud y la telemedicina se encuentren hoy en día en su momento más álgido, pero lo cierto es que todavía queda un largo camino que recorrer. Un camino en que tanto los organismos públicos como los ciudadanos de a pie tenemos un papel más o menos relevante, pero que estará, en el fondo, protagonizado por los agentes de la salud, quienes deberán continuar adaptándose a un nuevo paradigma cambiante e incierto.

Ante esta situación, ¿cuáles son las competencias clave que todo profesional sanitario debe contemplar?

Las 5 competencias clave para una salud digital

Si bien el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud ha aprobado, junto a la Estrategia de Salud Mental para el período 2022-26, una Estrategia de Salud Digital del Sistema Nacional de Salud, además de invertir la dotación de 675 millones de euros, se debe invertir en la capacitación y formación de los profesionales para que formen parte del propio sistema e implementar todos los cambios que conlleva.

Para acelerar esta inminente transición digital, es necesario que los profesionales sanitarios desarrollen sus competencias en el uso de las nuevas tecnologías.

Esta transformación supone, además, una interesante oportunidad para la renovación y la mejora continua en áreas tan diversas del sector como la gestión de información, la comunicación, la investigación, la innovación, la docencia o la publicación científica.

1. Alfabetización digital

En primer lugar, es básico que todo el personal sanitario tenga un conocimiento básico de informática y que, por lo tanto, sepa cómo realizar las actividades cotidianas usando su PC, móvil o tableta de trabajo. Nos referimos a actividades como la navegación en Internet, la gestión del e-mail o el uso de los procesadores de textos u hojas de cálculo más conocidos para llevar a cabo su trabajo diario.

La utilización de las herramientas informáticas más básicas exige también actuar de forma ética y coherente en Internet (es decir, cuidar la privacidad, proteger las contraseñas…), siendo conscientes en todo momento de los peligros inherentes al uso del ciberespacio y de los riesgos de compartir información comprometida a través del e-mail en al ámbito laboral.

Asimismo, es crucial saber identificar, contrastar y evaluar con criterio científico (pues en muchas ocasiones no basta con el sentido común) los sitios web de salud para seleccionar aquellos cuya información es fiable y de calidad y prescindir de aquellos cuyo contenido no posea el suficiente rigor.

2. Gestión eficaz de la información sanitaria

Tal y como afirman algunas fuentes, el uso de las TIC por parte del personal sanitario exige también poseer la capacidad para gestionar la información y el conocimiento científico de una forma eficaz para tomar decisiones basadas en la evidencia y para mejorar la atención sanitaria de los pacientes.

Ello implica conocer las fuentes de información digital en el sector sanitario y aprender a buscar, filtrar, seleccionar, monitorizar, evaluar, captar, almacenar, organizar y recuperar de forma eficiente el contenido que se obtiene a través de ellas. Del mismo modo, es necesario usar criterios de validez, calidad y fiabilidad para evaluar estos recursos.

Asimismo, es conveniente desarrollar una actitud crítica que permita añadir información de valor a esta información (“curación de contenidos”) y compartirla con el resto de la comunidad. Este podría ser el punto más complejo del asunto, pues implica hacer un uso más activo, enriquecedor y participativo de las TIC en el sector sanitario.

3. Comunicación sanitaria

Si algo nos facilitan las nuevas tecnologías es la comunicación no presencial, y el ámbito de la salud no es una excepción a esta regla.

Gracias a las tecnologías, los dispositivos y otro tipo de canales digitales (así como todo tipo de softwares de telemedicina, hardware e incluso wearables), es posible mejorar la conexión en red entre todos los agentes sanitarios y los pacientes. En este sentido, es preciso saber proteger la identidad y la reputación digital en el contexto laboral, así como conocer las plataformas, comunidades y redes profesionales donde es posible tanto compartir como obtener información sanitaria fiable y de calidad.

Aquellos que deseen expandir su marco de actuación llegando a un público más amplio y publicar y difundir contenido científico-sanitario de calidad usando su creatividad individual deberán saber cómo utilizar la red para hacerlo y captar la atención de su público objetivo. En este caso, también deberán conocer las herramientas de diseño y producción de contenidos digitales que Internet pone a su disposición.

4. Trabajo colaborativo y coordinado

Las herramientas y los recursos que las plataformas de telemedicina o salud digital ponen al alcance del personal del sector salud pretenden facilitar la atención sanitaria no presencial en colaboración con agentes de distintas áreas. Dentro de esta ecuación interdisciplinar también están incluidos los pacientes.

Por ello, todo profesional sanitario debe conocer y saber hacer uso de las diferentes herramientas digitales basadas en la tecnología «nube», pues estas facilitan la coordinación no presencial y el trabajo en equipo entre compañeros y colegas, así como la interacción y la conversación profesional.

5. Análisis y uso de datos

Tan importante como el resto de las competencias es conocer bien las fuentes de datos sanitarios, así como procesarlas del modo óptimo para extraer de ellas una información valiosa y relevante en tiempo real que facilite la toma de decisiones clínicas, tanto a la hora de atender un paciente como a la hora de efectuar un diagnóstico o proponerle un tratamiento.

Para ello, no basta con tener los conocimientos necesarios para gestionar las bases de datos de las herramientas ofimáticas más comunes, sino que es necesario dar un paso más allá y saber seleccionar, organizar, interpretar y usar los datos que se obtengan de todas las bases rastreadas, así como distinguir aquellos que están basados en la evidencia científica de aquellos que no lo están.

En este sentido, es también imprescindible ser conocedor de la normativa relacionada con la privacidad, la seguridad y la confidencialidad de los datos sanitarios en un entorno tan delicado como el digital.

La mejor ayuda para los profesionales sanitarios

Para la mayor comodidad de los profesionales del sector a la hora de desarrollar las competencias clave para una salud digital, es imprescindible contar con Docline, una plataforma de telemedicina intuitiva, cómoda y fácil de usar en diferentes dispositivos.

Además, nuestra solución cuenta con todas las medidas de seguridad necesarias para proteger los datos de tu clínica o pacientes de forma segura.

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