Especialidades que utilizan la telemedicina en la actualidad
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Especialidades que utilizan la telemedicina en la actualidad

Conoce las especialidades que utilizan la telemedicina en la actualidad y aprende sobre sus beneficios con Docline.

Diversos estudios sugieren que, durante los próximos años, la demanda del mercado de la telesalud seguirá creciendo de forma exponencial.

Aunque las razones de este impulso son muy diversas (como la disponibilidad, la flexibilidad horaria, el ahorro de tiempo y de costes, la inmediatez, etc.), uno de los beneficios más destacables de la telemedicina es que permite que cualquier persona pueda, desde cualquier lugar del mundo, contactar con todo tipo de especialistas del sector salud a los que tal vez no podría acceder de forma tradicional.

 

¿Dónde puede implementarse la Telemedicina con facilidad?

Estas son las 4 especialidades médicas que, por su naturaleza, pueden sacar un mayor provecho de los sorprendentes beneficios de la telemedicina.

Telecardiología

La telecardiología es una de las ramas de telemedicina más utilizadas en España y, de hecho, este estudio confirmó que existía una reducción significativa de la mortalidad y de los tiempos de hospitalización en pacientes con insuficiencia cardíaca que llevaron a cabo un control remoto de su enfermedad a través de dispositivos no invasivos. Adicionalmente, se concluye también que la monitorización remota de la arritmia y de los signos vitales mejora la calidad de vida y disminuye las posibilidades de hospitalización en un número cada vez mayor de pacientes cardíacos.

Evidentemente, las patologías del corazón son delicadas y no siempre es posible controlarlas de forma remota. Sin embargo, la mayoría de las personas que padecen enfermedades cardiovasculares crónicas (como hipertensión arterial, hipercolesterolemia o diabetes tipo 2) y que se encuentran en una situación estable pueden llevar a cabo la supervisión y seguimiento de su afección de forma online.

Esto es posible gracias a aplicaciones, a través de las cuales el paciente puede monitorizar las variables relacionadas con su estado de salud. De este modo, facilitan en gran medida el posterior control por parte del profesional que lo trate.

Por otra parte, los wearables de telemonitorización cardíaca —sean estos invasivos y/o no invasivos— permiten que el paciente pueda llevar a cabo el registro de sus constantes de modo remoto. Así, es posible intercambiar registros electrocardiográficos del afectado de forma inmediata —y en tiempo real— a través de una conexión segura y confiable.

El uso de wearables invasivos (es decir, implantables) permite el diagnóstico prematuro sobre algunos marcadores, como la tensión arterial, la frecuencia cardíaca o la glucosa en sangre, sin que el paciente ni siquiera tenga que preocuparse por registrarlos y, por lo tanto, reducen el tiempo de respuesta por parte del profesional.

Por otra parte, los dispositivos no invasivos (como las básculas o los tensiómetros) permiten que el paciente tome un rol más activo en el seguimiento de su enfermedad y le otorgan una mayor consciencia sobre aquellos hábitos que pueden hacer que ésta mejore o, por el contrario, empeore.

Teleginecología

Si bien, como en todas las ramas de la telemedicina, siempre se preferirá optar por un modelo híbrido en el que médico y paciente puedan decidir cuándo es necesaria una visita presencial y cuándo no, es cierto que una parte considerable de los casos que se tratan en ginecología se pueden valorar y tratar en remoto. Sin embargo, esto dependerá de cuánta precisión tenga la paciente a la hora de exponer sus síntomas.

No obstante, existen consultas que, por su naturaleza, son muy fáciles de trasladar a un plano virtual: son aquellas que están relacionadas con la fertilidad o con los métodos anticonceptivos, pues en la mayoría de las ocasiones se reducen a la prescripción de un tratamiento. En estos casos, pues, siempre es más rápido, eficaz y eficiente llevar a cabo la consulta de forma online. Del mismo modo, también es posible resolver algunas dudas sobre el embarazo y hacer una parte de su seguimiento a través de mensajería.

En otras ocasiones, también es factible tratar de forma remota a pacientes que presenten sintomatologías más serias, como algún tipo de dolor, enrojecimiento o afectación específica. Evidentemente, en estos casos es muy probable que se deban prescribir análisis u otras pruebas complementarias (como citologías o ultrasonidos pélvicos) que necesariamente exigirán la asistencia de la paciente al centro médico, pero a través de la telemedicina el paciente ahorrará tiempo y evitará gastos y desplazamientos innecesarios.

Teledermatología

Por el carácter visual de este tipo de patologías, la dermatología es una de las especialidades médicas que ha tenido mayor acogida. Así, un 90% de las enfermedades relacionadas con la piel pueden evaluarse online sin que ello interfiera en la evolución del tratamiento.

A través de la consulta online, es muy fácil llevar a cabo un seguimiento a personas que padezcan cierto tipo de enfermedades crónicas, como la psoriasis o la dermatitis atópica o seborreica. Sin embargo, también es posible diagnosticar otras clases de patologías más complejas, como infecciones de la piel, acné, urticarias, o incluso alergias. De hecho, cada vez es más frecuente la detección de cáncer de piel a través de fotos y vídeos y la telemedicina ha permitido distinguir los casos que no corren más riesgo de aquellos que requieren una atención más inmediata.

Para llevar a cabo una consulta de teledermatología de forma eficiente, es recomendable que el paciente prepare y recopile varias imágenes que tengan calidad suficiente y que estén bien iluminadas. Por otra parte, para que el profesional de la salud pueda realizar un seguimiento y valorar la evolución de la piel afectada, es aconsejable que el paciente siga tomándose fotografías de forma recurrente hasta la siguiente consulta online.

Teleoftalmología

Afortunadamente, la mayoría de las patologías oculares de esta disciplina suelen ser casos leves. Por ello, un 90 por ciento de estos pacientes pueden recibir tratamiento a través de teleconsulta.

Por ejemplo, cualquier persona que tenga síntomas visibles en la zona ocular, como inflamación o reacciones alérgicas, es susceptible de llevar a cabo su consulta de forma remota. Esto, a su vez, permite que los oftalmólogos puedan dedicar sus consultas presenciales a aquellos casos que requieran del estudio del fondo del ojo o de la presión del globo ocular, así como a aquellos pacientes que hayan sido sometidos a intervenciones quirúrgicas (como, por ejemplo, cataratas), quienes necesariamente precisan una supervisión más exhaustiva sobre el estado de sus ojos.

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